La primera parte fue para buscar las diferencias entre uno y otro encuentro. Porque más allá del escenario, hubo más bien pocas.
En los dos partidos el PSG golpeó primero, y lo hizo muy pronto. En los dos partidos el Saint-Étienne se quedó con diez mediada la primera parte. Y en los dos partidos el PSG se fue con el partido sentenciado al descanso.
Las diferencias las encontramos en los minutos de los goles y la roja, en que esta fue por doble amarilla, y en el hecho de que el PSG se fue con el partido resuelto con un tercer gol.
El PSG se adelantó en esta ocasión aún antes. Icardi necesitó solo dos minutos para hacer el 1-0 para los parisinos, trastocando por completo los planes de un Saint-Étienne que había salido a presionar y provocar el fallo del rival para poder contragolpear.
Reaccionó bien el Saint-Étienne, pero poco a poco se diluyó. El PSG durmió el partido, y se dedicó a buscar, plácidamente, el segundo tanto, mientras el nerviosismo de 'les Verts' cargaba al equipo visitante de amarillas.
El segundo gol se resistía a llegar, y poco a poco el Saint-Étienne empezó a meterse en el partido, pero como ocurriera en el duelo precedente de liga, una expulsión lo cambió todo.
En esta ocasión el culpable fue el joven Fofana, quien vio dos amarillas en poco más de un cuarto de hora, una por cortar con la mano una jugada y la otra, por derribar a Di María cuando este corría hacia el área rival.
Era el minuto 31 y el Saint-Étienne ya estaba con diez. Claude Puel trató de tapar la vía de agua quitando un centrocampista y metiendo un central, pero no logró detener la hemorragia a tiempo.
El PSG había olido la sangre y Neymar no tardó en sumarse a la fiesta, al culminar con un toque magnífico un pase exquisito de Di María, hoy protagonista pese a ser el único del cuarteto que no marcó.
Los parisinos se fueron al descanso con el encuentro aún más sentenciado gracias al afortunado gol que acabó marcándose en propia Moulin. Di María hizo el pase de la muerte, Kolo metió la pierna, el balón rebotó hacia Perrin, pegó en el poste, en el portero del Saint-Étienne, y cuando este quiso reaccionar, el esférico ya había cruzado la línea.
El gol fue el mazazo que le faltaba al Saint-Étienne. Los primeros minutos del segundo tiempo evidenciaron que el partido acabaría en goleada, porque no se veía a los visitantes con ánimo de intentar la remontada ni siquiera.
No tardó en llegar el cuarto. Fue en el 49', cuando Icardi hizo el segundo de su cuenta al rematar el primer regalo de Mbappé de la noche. El galo recortó a Moulin, pero se quedó sin ángulo y se la regaló al argentino, quien esperaba el posbile rechace en el punto de penalti junto a Neymar.
De ahí en adelante, chaparrón parisino. Icardi, en el 57', hizo el quinto, el tercero suyo, de nuevo a pase de Mbappé, y en el 67', el argentino le devolvió la cortesía a su compañero, regalándole el sexto gol.
El Saint-Étienne solo recortó distancias desde los once metros, tras cometer Di María un penalti que Sergio Rico detuvo en primera instancia a Cabaye. Pero el portero español nada pudo hacer para atrapar el rechace, el cual le cayó al propio Cabaye.
Aún hubo tiempo para que le fuera anulado un gol a Cavani, suplente hoy, a pase de Mbpapé, a diez del final. Una recta final de partido que fue un auténtico trámite, evidenciado por el hecho de que, pese a las interrupciones, no se añadió ni un minuto. No era necesiario.
El PSG selló su pase a semifinales tras apabullar, menos de un mes después, a un Saint-Étienne que volvió a cometer los mismos errores, solo que ahora pagó un precio mucho mayor.