Cuando tienes a una fiera metida en una jaula, la cosa se complica en el momento en el que sale de ella. Tigres aprovechó el momento propicio para soltar a Gignac y León no pudo frenarlo.
Los 'felinos' jugaron sus cartas desde un principio y todo salió a pedir de boca. Cuando un animal tiene hambre hace lo que sea para poder alimentarse y más el francés, que vive del gol.
Cuando todos esperaban que apareciese, Gignac entró a escena. El galo, con algo de suerte, se encargó de abrir el marcador. Chutó Quiñones, rebotó en un defensa y el balón le cayó a él.
Sin ninguna oposición, el '10' empujó el balón a la red y desató la locura en el estadio Universitario. Primer golpe de la fiera, que encima igualó a Tomás Boy, ante un León que estaba contra las cuerdas.
La baja de Macías se notó bastante y nada pudo hacer Ángel Mena para echar un cable arriba. Los acercamientos no eran muy peligrosos y eso le dio algo de respiro a los del 'Tuca' Ferretti.
Del posible 2-0 al conformismo
Justo antes del descanso, Tigres estuvo cerca del 2-0. Un despeje de un jugador visitante acabó en el palo y los de Ignacio Ambriz se salvaron de milagro.
Tras la reanudación, el guion de partido no cambió. Los 'felinos' estaban buscando el segundo, mientras los 'esmeraldas' se limitaban a esperar para poder salir a la contra ante cualquier robo o pérdida rival.
El plan no les salió bien porque Tigres apenas estuvo en peligro en los 90 minutos. Los nervios no tardaron en aparecer y el árbitro tuvo que intervenir mostrando amarillas por doquier.
Poco hay que destacar de una recta final en la que Gignac, tras girarse sobre sí mismo, mandó el esférico alto. Los dos equipos firmaron una tregua para resolver la final en León. Ahora mismo, los 'auriazules' están a un paso de la Séptima.