El PSG también había mostrado interés durante las últimas semanas por hacerse con Gabriel. El delantero de 19 años es una de las piezas más destacadas del Santos, que no pretende desprenderse fácilmente de él.
El conjunto brasileño pide la friolera de 50 millones de euros para asumir la marcha del atacante, una cantidad que les ha permitido espantar hasta ahora los cánticos de sirena que llegan desde Europa para encandilar al jugador.