El Ministerio Público dijo este lunes en un comunicado que "se gritaron cosas repugnantes desde las gradas" del estadio del Den Bosch, pero los lectores de labios contratados para el caso no fueron capaces de identificar qué palabras pronunciaron los dos seguidores investigados.
"Es triste que no haya quedado claro quién se comportó de manera tan vergonzosa, hiriente y punible", añadió la Fiscalía, que aseguró que se ha puesto en contacto con el futbolista para comunicarle su conclusión y "él también comprende que se necesitan pruebas suficientes para que el enjuiciamiento tenga éxito".
Los hechos sucedieron el pasado 17 de noviembre de 2019, cuando el árbitro del Den Bosch-Excelsior Rotterdam (3-3) detuvo temporalmente el encuentro por gritos racistas contra Mendes. En la reanudación, el delantero marcó un gol y se dirigió a las gradas con las manos en las orejas entre los pitidos del público.
El caso generó una ola de solidaridad a lo largo del fútbol neerlandés y dos días después, en el Países Bajos-Estonia (5-0), los jugadores Frenkie de Jong y Georginio Wijnaldum celebraron el primer tanto de la 'Naranja Mecánica' juntando sus manos y mostrando sus brazos, un gesto para destacar la igualdad entre ellos pese a la diferencia en el color de piel.
Asimismo, los partidos de la siguiente jornada en la Eredivisie neerlandesa se detuvieron un minuto tras el pitido inicial en protesta contra el racismo. El caso provocó que el Gobierno, en colaboración con la Real Federación Neerlandesa de Fútbol, promoviese la instalación de cámaras inteligentes en los estadios para identificar con precisión a los aficionados que hagan cánticos racistas.