Llegó al Sevilla procedente del Toulouse, donde no estaba destacando tanto, pero sí que se erigió en un efectivo clave de la escuadra. En cuanto se puso a las órdenes del conjunto hispalense, desató todo su potencial y se transformó en un fijo.
Tres temporadas en la capital andaluza a un nivel descomunal lo atestiguan. Gol tras gol tras gol hasta llamar la atención internacional de otros clubes. Los del Principado fueron los indicados tras desembolsar 40 millones de euros en las arcas españolas.
Y no está decepcionando, no. Promedia un tanto por partido y es lo que más necesitan los suyos, que no empezaron la temporada con muy buen pie. El francés, que además está prestando servicio en su país de origen, convierte en oro todo lo que toca.
A sus 29 años, le quedan varios de carrera por delante y su progresión es espectacular. Toda la Ligue 1 se está rindiendo a su calidad tras pasar tres cursos fuera. Ben Yedder no entiende de periodos de adaptación: mete dianas desde que se calza las botas.