La historia de Emery y el Valencia es digna de conocer. El técnico vasco tomó las riendas del club para la campaña 2008-09, siendo el entrenador más joven en toda la historia de la entidad.
Desde sus inicios, el de Fuenterrabía fue muy cuestionado pero sobrevivió gracias a su buen hacer desde el banquillo. De hecho, metió al club 'che' de nuevo en la Champions League y eso le facilitó la renovación.
La afición estaba encantada con Emery y él seguía trabajando día a día para mejorar y poder pelear con los grandes equipos. Sin embargo, el técnico no pudo lograrlo porque sus estrellas fueron desapareciendo.
Hablamos de las ventas de Villa, Silva y Mata, entre otros, a distintos clubes. Eso perjudicó en demasía a la confección de la plantilla y, por ende, precipitó su marcha del Valencia. El amor se perdió, pero todavía quedaba algo dentro.
Sin embargo, eso se terminó con su visita a Mestalla en la vuelta de las 'semis' de la Europa League en 2014 dirigiendo al Sevilla. El vasco, hundido porque el cuadro hispalense estaba casi eliminado de la competición, celebró de forma efusiva el gol de M'Bia sobre la bocina.
El tanto del camerunés escoció al valencianismo al igual que la puñalada de Emery, que se le vio hasta haciendo la croqueta sobre el césped. Desde aquella noche ambos no se ven las caras en Europa y el destino ha vuelto a juntarlos cinco años después.
Ahora, el ex del Sevilla viste los colores del Arsenal y está con la moral por las nubes porque la Europa League es su competición fetiche. Además, el técnico sabe que la baza para estar en Champions la próxima temporada para su equipo pasa por ganar esta competición. El duelo está servido.