Cuando Gareth Bale llegó al Madrid en el verano de 2013, su contratación se antojaba como una forma de garantizar el relevo de Cristiano Ronaldo. Fueron alrededor de 100 millones los que pagó el Madrid por un jugador que venía de romperla en el Tottenham, el equipo en el que se presentó ante el mundo.
Nadie podía esperar que cinco años después, Bale iba a ser suplente en una final de Champions. Impensable, sin duda. El hombre de los 100 'kilos' obligado a ser suplente por la falta de convicción de su entrenador, un Zidane que terminó por perderle la fe a la hora de la verdad.
La brecha con Cristiano, lejos de empequeñecerse, se hizo aún más grande con el paso de los encuentros. Las lesiones no ayudaron al 'expreso de Cardiff', que vivió demasiado tiempo en la enfermería. Pese a todas las trabas, el galés ha rendido a buen nivel cuando ha estado sano, siendo el héroe de la última final en Kiev.
Precisamente, tras aquel partido Bale reconoció que debía pensar en su futuro este verano. No quiere pasar más tiempo en el banquillo y eso es algo que saben en el club, que de un plumazo ha perdido a Zidane y a Cristiano. Dos salidas que visten un nuevo panorama para el '11' del Madrid.
Se ha ido un entrenador que no confiaba en él y ha llegado otro, Lopetegui, con el que Bale quiere hablar cuando se inicie la pretemporada. Esa charla será vital para entender el futuro del atacante, que también 'ganará' después de que Cristiano haya decidido firmar por la Juve.
Mientras el club define si llega o no llega una estrella mundial, la figura de Bale está obligada a crecer dentro del equipo. Le ha llegado su hora y en el Madrid tienen fe ciega en su fútbol, como así señalaron en 'El Transistor'. Bale, salvo que él lo pida, no está en venta. Es su turno de liderar al Madrid.
@edupidal :
— El Transistor (@ElTransistorOC) 13 de julio de 2018
"@GarethBale11 no va a salir del Real Madrid. Tras la salida de Cristiano, el club confía en el totalmente para que lleve las riendas del nuevo proyecto de @julenlopetegui."
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