Cuando Neymar Junior decidió dejar el Barcelona para recalar en el PSG en el verano de 2017 lo hizo con un único objetivo claro: ser el rey del fútbol. Cansado de estar opacado por su amigo Leo Messi en el Barcelona, el brasileño decidió arriesgar y salió de su zona de confort para liderar un proyecto que pudiera convertirle un día en el número uno del deporte. Algo que, tras el primer año y medio en París, parece más lejos que nunca.
Porque, sin hacerlo mal, el internacional con la 'Canarinha' no ha sido el futbolista que todos esperaban. Comenzó genial la temporada 2017-18, pero una inoportuna lesión lo estropeó todo y seguro que también tuvo que ver en el pobre rendimiento de su selección en el último Mundial de Rusia.
Esta campaña, pese a estar a un buen nivel, no ha sido el torbellino de hace un año y, para colmo, ha alternado sus buenas actuaciones con los cada vez más continuos episodios extradeportivos, como cuando no estuvo con su equipo para divertirse durante un fin de semana con varios amigos en Portugal.
Tolerado por el PSG o no, lo cierto es que este tipo de actuaciones le han pesado durante el 2018. Aunque su equipo ha ganado todo en Francia, las dudas que deja el PSG cada vez que juega en Europa no hacen sino aumentar las existentes en relación al liderazgo que puede tener Neymar en el futuro próximo del fútbol.
El brasileño ha sido adelantado por la derecha por un Kylian Mbappé que cada día se postula más firmemente a ser el sucesor de Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Si cabe, parece que el francés y el brasileño, ahora compañeros y amigos, quizás podrían labrar una batalla similar en el futuro, pues es más que evidente que uno de los dos tendrá que abandonar el portaaviones que es el PSG más pronto que tarde.
A las primeras de cambio, el golpe para Neymar ha sido duro. No sólo no se ha llevado el primer Balón de Oro 'post Messi y CR7', sino que ha estado más lejos que nunca de ganarlo. Cayó nueve posiciones en el galardón y pasó de estar en el podio del Balón de Oro de 2017 a no estar ni entre los diez primeros.
Un futbolista de su calidad debería recuperarse sin problemas del golpe y seguro que vuelve con fuerza para la edición de 2019, pero... ¿quién dice que su tren no pasaba por Barcelona y decidió bajarse justo en el peor momento?