Arjen Robben nunca olvidará lo que sucedió este pasado fin de semana cuando el Groningen logró derrotar al Emmen por cuatro goles. El ex del Bayern participó en dos de ellos.
Con dos asistencias, el extremo volvió a sentirse un jugador determinante y al acabar el choque no pudo aguantar las lágrimas de emoción después de un largo periodo de calvario por las lesiones.
Pero Robben es ese futbolista humilde al que no le van los lujos. Para volver a casa no se montó en un coche de miles de euros, si no que regresó en su bicicleta como si hubiese jugado un partido en el parque.
"Tuve que superar mucho y eso era lo que quería, quería ayudar al club y quería jugar. Si tengo éxito y funciona, entonces estoy feliz. Me divertí como de niño", dijo al terminar el encuentro.
Aun así, Robben admitió y bromeó que, de pedir algo, lo que pediría sería "una silla de ruedas por la mañana".
May 10, 2021