La incómoda celebración del primer campeón de la nueva realidad

Austria tiene a su campeón de Copa de esta temporada, un campeón que se ha visto obligado, por la crisis sanitaria, a celebrar el título en completa soledad en un estadio vacío, guardando la distancia de seguridad entre jugadores mientras su capitán alzaba el trofeo al cielo.

El encuentro, disputado este viernes en el estadio Wörthersee de Klagenfurt, al sur de Austria, se resolvió por un abultado 5-0 a favor del vigente campeón de la Bundesliga, revalidando de ese modo el título copero del año pasado.

El partido fue el habitual de este fútbol posparón: nada de tocarse tras los goles, mascarillas en los banquillos y por turnos a los vestuarios. Dentro del campo, eso sí, el fútbol fue normal, siempre y cuando el balón estuviese en juego, ya saben.

Y así, a las acostumbradas celebraciones de goles sin contacto (algo que en la Bundesliga alemana, por ejemplo, cada vez se cumple menos), este partido nos mostró cómo serán las celebraciones de títulos de esta nueva normalidad.

Los futbolistas se colocaron sobre una enorme lona en el centro del campo, se repartieron de forma ordenada, formando un patrón, cada uno en su punto marcado, y ahí esperaron a que su capitán alzase el trofeo.

Separados por al menos un metro, los futbolistas y técnicos del Red Bull Salzburg celebraron el primer título de la nueva normalidad en Europa Occidental.

 

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Luego, eso sí, ya procedieron a abrazarse y festejar como antes. La distancia se redujo a escasos centímetros para las fotos de grupo, aunque cierto es que fueron bastante comedidos. En el fondo, hay que dar ejemplo.

 

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