El Manchester City volvió a quedar eliminado de la Champions League en los cuartos de final ante un Olympique de Lyon que aprovechó sus oportunidades con una efectividad increíble.
A los celestes les pasó de todo en un final de nuevo cardíaco y que volvió a poner de manifiesto que Pep Guardiola está gafado en la Champions League.
Tras remar mucho para nivelar el 0-1 de Cornet con el golazo de De Bruyne, el Manchester City lo tenía en la mano, pero se complicó de forma inexplicable.
Con 1-1 en el marcador, Gabriel Jesus tuvo una volea franca para haber hecho el 2-1, pero quiso rematar de manera acrobática y se le fue directamente fuera.
Acto seguido, Dembélé, que acababa de entrar, marcó el 1-2 con polémica. Cayó Laporte al suelo, no intervino Toko Ekambi, que podía estar en fuera de juego, y Dembélé superó a Ederson.
El gol no hundió a los 'citizen', que se levantaron y pudieron empatar, pero la suerte no estuvo de su lado. Sterling, a portería vacía, envió a las nubes el 2-2 y, de nuevo, el destino castigó a los de Pep.
Casi nada más perdonar el inglés la igualada, Dembélé volvió a marcar para matar el partido. Chutó flojo Aouar, se le escapó de forma vergonzosa a Ederson, que pudo hacer más en los tres goles, y Moussa, que pasaba por allí, certificó la defunción de los celestes en un final increíble.