Los 15 de abril son días de luto en el Liverpool. Días de recuerdo por los '96 de Hillsborough', los 96 fallecidos en aquella tragedia ocurrida en 1989 con la que algunos miserables trataron de estigmatizar para siempre a los 'reds'.
Ocurrió un 15 de abril. Jugaba el Liverpool contra el Nottingham Forest las semifinales de la FA Cup de la temporada 1988-98 en el estadio Hillsborough, en Sheffield. Las gradas estaban abarrotadas, pero nada hacía presagiar lo que estaba a punto de ocurrir.
El ambiente estaba caldeado, por la rivalidad entre las aficiones de Liverpool y Nottingham Forest en la semifinal del año anterior, disputada en ese mismo escenario, y en consecuencia para este cruce se decidió que fuera imposible que pudieran cruzarse.
Las aficiones estuvieron compartimentadas, para evitar incidentes, y la entrada al estadio transcurrió con normalidad. Recordemos que, en aquellos tiempos, los estadios no tenían la obligación de dar asiento a todos los aficionados, y era común que hubiera zonas de pie, así como vallas de metal que separaban los graderíos del campo propiamente dicho, para evitar el lanzamiento de objetos y la invasión del terreno de juego.
Hillsborough, además, carecía de unas amplias entradas, en especial por la zona en la que los aficionados 'reds' debían acceder a los graderíos que les fueron asignados. Los vomitorios del estadio eran ratoneras en caso de que se produjera una avalancha...
Y esta ocurrió. 24.256 aficionados del Liverpool superaron los tornos de acceso situados a pie de calle para entrar a sus graderíos. Aunque eran más que los del Nottingham Forest, se les asignó una zona menor, para evitar los citados cruces y proximidad con sus rivales.
La afluencia de público fue tal que las autoridades abrieron las verjas de salida, para que el flujo humano se diluyese, pero con el pitido inicial todavía seguía entrando gente.
El fondo en el que defendía el Liverpool empezó a amontonarse la gente. Bruce Grobbelaar, guardameta entonces del Liverpool, aseguró haber escuchado gritos de auxilio desde al grada. La avalancha humana había empezado.
A los cuatro minutos de partido una valla cedió, y la marea humana se descontroló. Había comenzado la tragedia. El desastre. Las autoridades respondieron de forma deficiente, y 94 aficionados del Liverpool perdieron la vida aquel 15 de abril de 1989. Dos más fallecerían en los días posteriores, a causa de las heridas sufridas. En total, 96 hinchas vistieron de luto lo que debería haber sido un día festivo.
Las autoridades trataron de culpar a los aficionados del Liverpool de lo ocurrido. La Tragedia de Heysel, en Bruselas, acontecida apenas cuatro años antes (el 29 de mayo de 1985), en la que también estuvieron implicados hinchas del Liverpool, estaba demasiado reciente.
Pero, a diferencia de aquella, esto no ocurrió por el 'hooliganismo'. De hecho, el fútbol inglés, a raíz del castigo de la UEFA por lo de Bélgica, se propuso erradicar las conductas violentas en los estadios.
No, esto no fue 'hooliganismo', como las investigaciones lograron demostrar, tras años y años de disputas legales. Fue un cúmulo de mala planificación, de peores decisiones y de una pésima respuesta.
Los '96 de Hillsborough' encontraron paz cuando, por fin, en 2016, el primer ministro David Cameron pidió públicamente perdón en nombre de las autoridades a las víctimas y sus familiares.
Aquello cerró, por fin, las heridas. Pero cada 15 de abril los aficionados del Liverpool siguen recordando a esos 96 compañeros, de todas las edades, hombres y mujeres, que fallecieron aquel fatídico día en el estadio Hillsborough.
El encuentro, por cierto, lógicamente se suspendió. Se reprogramó para el 7 de mayo, en Old Trafford, y lo ganó el Liverpool 3-1. Se metió en la final, la cual ganó por 3-2 al Everton. Fue el primer homenaje a sus caídos.