Se fue Arda Turan, y se quedaron Carrasco, Gaitán, Óliver Torres... Ninguno dio la talla. Ninguno rindió al nivel esperado e hizo que Simeone por fin encontrase al relevo para el turco.
La salida del otomano del Atleti fue traumática. Se fue al Barcelona en verano, aún a sabiendas de que no iba a poder jugar hasta el mes de enero.
La sensación en el club es que se fue por dinero. Los aficionados estaban convencidos de que se fue para correr menos, porque en sus cuatro temporadas en el Atlético no logró quitarse esa fama de vago que le ha acompañado siempre.
Mala suerte tuvo el bueno de Arda Turan, pues en el Barcelona cayó en manos de otro sargento del banquillo como es Luis Enrique. Y la parroquia rojiblanca disfrutó como cochinos en el barro al verle fracasar de azulgrana.
Más allá de esos detalles finales, el paso de Arda por el Atleti fue idílico. Llegó siendo un genial futbolista turco, pero que apenas daba para media hora. Tenía tendencia a borrarse del partido, y racaneaba esfuerzos siempre que podía.
Simeone corrigió con disciplina argentina esos defectos, y Arda, pese a no ser nunca un luchador nato, sí llegó a dejarse la piel cuando la situación lo requirió. Por momentos, parecía más 'colchonero' que el propio 'Cholo'. Al zapatillazo al linier contra el Madrid nos remitimos.
Su marcha dejó un hueco que Simeone no ha sabido llenar. Óliver Torres nunca fue del agrado del 'Cholo'. Demasiado endeble, demasiada poca cosa para él. Nunca encajó en la filosofía del argentino. Su fútbol es otro, como está demostrando en Portugal.
Se fichó a Yannick Carrasco, y parecía que el prometedor belga daría la talla. Hasta que dejó de hacerlo. Y pasó a ser, a ojos de la afición, otro vago redomado que es ha marchado al fin del mundo en busca de un salario mejor que, de paso, no le exija sudar.
Nico Gaitán llegó por expreso deseo de Simeone para hacer ese rol en cuanto le vio las orejas al lobo (Carrasco). Tras temporada y media, con sólo 49 partidos en su historial, se fue con Yannick a China. Porque en el fondo, Nico no era el futbolista que necesitaba el Atleti.
Simeone no tira la toalla, y cada mercado de fichajes busca, por activa y por pasiva, a un futbolista del corte creativo de Arda Turan. Al Atleti le hace falta un mago con el balón, alguien con creatividad para sacar adelante los partidos en los que la pegada no basta.