Durante el partido, se vivió la jugada más 'random' del fútbol brasileño durante todo el fin de semana. Ni uno ni otro equipo consiguieron hacerse con el balón durante casi medio minuto.
Múltiples rechaces, jugadores al suelo uno detrás de otro, una serie de catastróficas desdichas que el colegiado permitió entre agarrones, pataditas y algún que otro empujón.
Al final, al ver que la jugada no parecía tener desenlace, el trencilla decidió parar el juego y señaló la última infracción que vio. Por lo que le dio el balón a Sao Paulo.