Desde principios de octubre no ganaba la Roma fuera de casa, que se reactivó a domicilio gracias a un triunfo sin grandes alardes, pero cómodo en su visita a un Parma al que le cuesta un mundo hacer un gol. Di Francesco vuelve a respirar.
Se comerá el turrón tranquilo después de conseguir dos victorias consecutivas. Las jornadas navideñas le vinieron bien a la Roma, donde ya llueve menos. La Champions, gran objetivo del curso, vuelve a estar a tiro.
No le costó demasiado al cuadro romanista vencer, dominó la posesión y manejó la mayoría de ocasiones de peligro. Pudo ser más amplio el marcador, incluso, aunque no logró abrir la lata hasta la segunda parte.
Se parapetó en su área el Parma y fue Cristante, que sin hacer ruido suma cuatro goles en Serie A, el que puso tierra de por medio. Fue el más pillo dentro del área y cabeceó un centro en el primer palo.
El Parma se vio obligado a dar un paso adelante y la Roma, con bastantes jóvenes al alza, sentenció. Pellegrini cuajó una buena jugada personal y Under definió con acierto. Sonrisas para cerrar el 2018.