Sin demasiados objetivos, ni demasiados espectadores en el Nuevo Arcángel. Por un lado, a honrar a una afición que ha pasado penurias en una temporada aciaga. Osasuna, a terminar líder de la Segunda División.
Para ello, muchas novedades en ambos equipos. Piovaccari y Bodiger regresaban en los blanquiverdes, mientras que Luis Perea, Xisco, Brandon y Olavide acampaban en el once rojillo para sorprender a Arrasate sobre el verde de Córdoba.
Pero lo que de verdad sorprendió fue la pasividad defensiva de los pupilos de Rafa Navarro durante el primer cuarto de hora. Dos llegadas de Osasuna y dos goles. Primero, por mediación de Xisco, que no celebró el gran cabezazo en el primer palo a centro de Rubén García.
A los cuatro minutos, penalti sobre Brandon y quinto gol esta temporada para el '17' de Osasuna. Y la sensación es que podían llegar más goles, ante los reproches de los más de 2.000 aficionados en el Nuevo Arcángel hacia sus jugadores.
Merecía más la pena acudir a la feria y disfrutar de una buena noche en la capital cordobesa, al menos por el primer tiempo. Y es que la segunda parte fue harina de otro costal, con un equipo con ganas de dar espectáculo y de buscar el empate.
Sin embargo, Osasuna mató a la contra. Centro fabuloso de Nacho Vidal al segundo palo y Luis Perea cabeceó a placer. No se desmoronó el Córdoba, que reaccionó a los pocos minutos con un gran testarazo de Alfaro a un saque de esquina.
Y salió la magia, que en Córdoba se llama Andrés Martín. Pase interior magnífico para que Piovaccari definiera a la perfección ante Sergio Herrera. 2-3 y Osasuna, pidiendo la hora por las continuas acometidas blanquiverdes.
Sobre el 80' de juego, Andrés cazó un balón muerto dentro del área y obligó a Herrera a despejar su puntera. Rozó el Córdoba el empate, pero la ley del feriante es para Osasuna, que no le vale con ascender, ya tiene su premio de campeón.