El árbitro del partido, Fabrizio Pasqua, decidió interrumpir el partido porque el balón ya no podía rodar normalmente a causa de los muchos charcos que se formaron en el campo.
Ante las protestas de los jugadores, a los que les costaba completar incluso pases sencillos a causa de la intensa lluvia, el colegiado envió a los dos equipos a los vestuarios pendiente de cómo evolucionen las condiciones meteorológicas, según informó la megafonía del estadio.
El encuentro de Turín medía al Torino, decimotercer clasificado, y el Spal, que ocupaba la segunda plaza tras empezar la temporada con dos triunfos, contra Bolonia y Parma.
Tras unos minutos, y en vista de las mejora de las condiciones, el encuentro se reanudó de nuevo.