El Inter de Milán respiró en el momento en el que el colegiado decretó el final del partido. El conjunto de Conte, reforzado para luchar por la Serie A, vio cómo la Fiorentina le plantaba cara pero finalmente hincaba la rodilla.
Comenzó el cuadro viola mejor. A los tres minutos ya ganaba gracias a Kouame, lo que provocó el cortocircuito de un Inter de Milán al que le costó darle la vuelta al marcador.
Pero en el primer partido de la temporada, Lautaro se convirtió en bailarín para provocar la primera de las tres remontadas de la noche en el Giuseppe Meazza. El argentino marcó el empate y provocó, de forma directa, que Ceccherini metiese la pierna para poner el 2-1 en propia puerta.
En los grandes partidos es cuando salen los jugadores con mayor calidad. Y en la Fiorentina no hay nadie mejor que Ribéry. El galo, al que algunos veían como una retirada dulce en Italia, volvió a ser decisivo.
Primero con una gran carrera en la que llegó a esperar a Castrovilli, y después con un gran pase, en la que saltó dos líneas, para regalarle la segunda remontada a Chiesa.
Si algo tiene el Inter de Conte es corazón. Cuando más difícil estaba el sacar algún punto salió la raza 'nerazzurra' con Alexis Sánchez. Previo debut de Achraf y de Arturo Vidal, el 'Niño Maravilla' inició una jugada en la que el lateral marroquí recibió y centró para que Lukaku rematase y pusiese el empate.
Noqueada la Fiorentina, el Inter lo aprovechó para, en solo dos minutos, cerrar la última de las remontadas en el Giuseppe Meazza. Alexis centró y D'Ambrosio apareció en el segundo palo para poner el 4-3 definitivo.