Todo pintaba a que sería una noche plena de alegría para el conjunto de Curitiba, pero nadie imaginaba el sufrimiento que habría por el camino hasta el júbilo final.
Y es que tras el 0-1 de la ida se esperaba una nueva victoria de Paranaense, que debía aprovechar la desesperación por la remontada de Bahía para asestar un golpe letal a la serie.
Este no llegó y antes del descanso lo que sí lo hizo fue el mazazo de los visitantes, que igualaban la eliminatoria gracias al tanto de Douglas Grolli.
El gol llevó el nerviosismo al 'rubro-negro', que no estuvo fino de cara a la meta rival y que con el paso de los minutos estaba cada vez más preocupado por una posible eliminación.
Bahía aguantó bien y ambos equipos acabaron dilucidando el pase a semifinales en la fatídica tanda de penaltis.
Las penas máximas suelen ser consideradas una lotería y, en este caso, la fortuna sonrió a un Paranaense que, no sin sufrimiento, espera ya sus duelos contra Fluminense para plantarse en la gran final.