La historia reciente del Getafe dice que es incapaz de ganar fuera de su feudo... y así volvió a pasar. La maldición azulona permitió al Espanyol sacar la cabeza y volver a sonreír.
Era un partido difícil para ambos, con más nervios que juego y con la urgencia de hacerse con los tres puntos. De hecho, pese a ir por debajo en la clasificación, llegaba con mejores sensaciones el cuadro azulón.
Sin embargo, ha perdido 'punch' el 'efecto Quique' y se desinfla partido a partido. En esta ocasión, ni Ünal pudo salvar a un Getafe al que le crecieron los enanos.
El Espanyol, que recuperó a Raúl de Tomás después del posiblemente peor partido del año, demostró tener más pegada en donde más importa, en las áreas.
Después de ver cómo un fuera de juego del propio Raúl de Tomás anulaba un gol, el Espanyol, a balón parado, se adelantó por medio de Cabrera, quien ganó la carrera a Maksimovic para batir a David Soria.
La defensa de cinco de Quique Sánchez Flores se resquebrajó como tierra árida. Aparecieron los huecos cuando el cuadro azulón fue a por el empate y se empachó.
Fue finalmente Cabaco, sin querer tras un despeje de Olivera, el que permitió respirar tranquilo al Espanyol, que por fin pudo celebrar una victoria en todo este 2022.
Apenas un disparo de Florentino y un aviso de Sandro fue lo que ofreció el Getafe en la segunda mitad. Y es que la losa de no ganar a domicilio fue demasiado pesada para el equipo madrileño.