En su libro 'Dios es redondo', Juan Villoro describe al principio del mismo la esencia de este deporte: "El juego se vive dos veces: en la cancha y en la mente del aficionado".
Sólo de esta forma podemos explicarnos como una jugada de apenas unos segundos se convirtió en eterna. El rival -Inglaterra-, la forma de hacerlo -con la mano- y la consecución del único Mundial en la historia del país más futbolero del planeta es posible que también ayuden.
Todo comenzó el 22 de junio de 1986, en el partido de cuartos de final que enfrentaba a Argentina con Inglaterra en el Estadio Azteca y que decidió con dos obras de arte el considerado mejor jugador de fútbol de la historia: Diego Armando Maradona.
Dos goles tan diferentes como inseparables. Ambos, las dos caras de una misma moneda, muestran al completo la filosofía del '10'. 'Pillo' y salvaje, imposible imaginárselo sin una pelota pegado a la zurda.
Este 22 de junio de 2019, la bautizada como 'Mano de Dios' cumplió la edad de Cristo: 33 años. Un momento perfecto para recordar la inaguración global de la iglesia maradoniana, un lugar abierto al culto a la sinvergonzonería, la picaresca, la osadía y, en definitiva, al fútbol.