La 'Mannschaft', que contaba con una talentosa generación de futbolistas, se plantó en Brasil con la intención de ganar la Copa del Mundo y al final lo acabó consiguiendo. Selección que se le cruzaba, selección que dejaba por el camino.
Le ganó la final a Argentina en la prórroga con el gol de Götze, pero eso no acaparó todas las portadas. Y es que en las semifinales, Alemania se batió en duelo con la anfitriona y le endosó una goleada espectacular (1-7).
El juego de toque del combinado teutón desarticuló a la 'Canarinha', que no supo la manera de contener a un rival que era un auténtico rodillo. Müller abrió el marcador al inicio y luego le siguieron Klose, Kroos (doblete), Khedira y Schürrle (doblete).
Oscar fue el encargado de anotar el tanto del honor, pero el daño ya estaba hecho. El Mineirao fue testigo de excepción de una auténtica carnicería sobre el terreno de juego. Una humillación que ya forma parte de la historia de los Mundiales.
Cuatro años después, la historia es bien distinta para Alemania. Los de Joachim Löw no fueron capaces de superar la fase de grupos. Empezaron perdiendo con México, luego ganaron a Suecia y cayeron sorprendentemente contra Corea del Sur.
Una de cal y otra de arena para la 'Mannschaft'. Por su parte, la Selección Brasileña también dijo adiós al Mundial, pero lo hizo en cuartos de final. Una brava Bélgica, candidata a ganar el título, no dio opción a Neymar y compañía.
El golpe para los jugadores, cuerpo técnico y aficionados fue terrible. Eran favoritos, pero cayeron de forma estrepitosa. Una sensación muy parecida a la de 2014.