No cabe duda de que la implementación de la tecnología en el fútbol ha dado un salto de calidad a las decisiones arbitrales. LaLiga es ahora más justa. Otra cosa es el mito de que iba a acabar con la ayuda a los grandes...
Porque tal hecho no ha tenido lugar. Dice la última clasificación de 2018 que el Barça tiene 37 puntos, por los 29 del Real Madrid (con un partido menos). Si se ordenase sin las correcciones del VAR, los azulgrana tendrían los mismos, por uno menos de los blancos. Pero conservarían su actual clasificación.
Quienes defendían que el estreno del videoarbitraje iba a suponer que los árbitros iban a dejar de favorecer a los grandes no tienen gran argumento por ahora. De hecho, son equipos menos habituales los beneficiados.
Como el Girona, que posee cuatro puntos más gracias a las correcciones que han llegado desde el arbitraje auxiliar.
Es más, equipos que en los últimos años han sido estandarte de ese tipo de quejas son ahora los que más tienen que celebrar. Como el Atlético de Madrid, que gracias a la tecnología no perdió dos de los 34 puntos que ahora luce en su casillero (y sería tercero, no segundo).
Paradójicamente, el VAR tuvo que actuar en el 'Clásico' que ambos disputaron en el Camp Nou el pasado 28 de octubre. Acabó con un inapelable 5-1, aunque tuvo su miga con 1-0, con un penalti pitado a favor del Barça.
En un principio, Sánchez Martínez no señalizó nada en una caída de Luis Suárez ante Varane. Sin embargo, por mediación de su compañero en el VAR, fue al monitor a consultar el monitor. Y ahí se retractó para indicar los once metros.
Está por ver qué diferencias hay en la clasificación tras las 38 jornadas, pero a día de hoy no se puede decir que el VAR ha favorecido ni perjudicado a los dos grandes. Eso sí, la mejora cualitativa general es evidente.