Sevilla y Wolves se veían las caras con un Manchester United que miraba el duelo tranquilo desde el hotel. El cuadro mancuniano sabía que de ese duelo iba a salir su rival en semifinales.
La elección no era sencilla. Enfrentarse a una bestia parda como Adama, escoltado por Raúl Jiménez, o al mística del Sevilla en esta competición.
Al final, la balanza cayó del lado español y no fue porque los de Nuno no tuviesen sus ocasiones. Hasta un penalti marró el conjunto inglés en los primeros compases de juego.
Pero la idea de jugar al contragolpe frente al Sevilla no funcionó. El centro del campo compuesto por Jordán y Banega no dejó escapar el balón una vez que ambos leyeron el entramado rival.
Eso sí, hasta que llegó ese momento, el Wolves se pudo adelantar hasta en cuatro ocasiones. Adama, quién si no, fue el que llevó todo el peso del ataque y quien provocó las jugadas más claras.
Una vez más desplegó todo su físico para hacerse una carrera de 80 metros y provocar un penalti. Sin embargo, Raúl Jiménez iba a elegir el peor día para fallar el primer lanzamiento de su carrera con clubes.
Tras el susto, abortado por Bono, llegó la reacción sevillista. Jordán, Banega y Suso comenzaron a moverse con más soltura. En-Nesyri y Ocampos, mientras, intentaban romper la última línea con sus desmarques.
Los dos delanteros poco a poco iban calibrando su punto de mira. Los dos primeros remates de ambos se fueron muy cerca de la portería que defendía Rui Patrício.
Desde el minuto 20 hasta el 80, el Wolves casi ni pudo salir de su propio campo. No le duraba la posesión y los contragolpes no encontraban continuidad.
Mientras, en su propia zona defensiva, Rui Patrício se iba haciendo grande y evitaba un golazo de falta de Banega. Pero el argentino iba a tomar su revancha unos minutos más tarde.
Suso sacó un córner en corto cuando restaban dos minutos para el 90. Banega recibió en el costado y puso un centro tenso en el primer palo. Allí encontró a su compatriota Ocampos que giró la cabeza y puso el cuero con mucha calidad en el palo largo de Rui Patrício.
Y es que el Sevilla tiene este tipo de cosas con esta competición. Una conexión que va mucho más allá del entendimiento humano. Los de Lopetegui quieren una Europa League más.