Fue un argumento, casi a la desesperada, de un entrenador que iba a abandonar el equipo y se convirtió en la mayor pesadilla de la historia de uno de los clubes más laureados de Portugal. Hay gente que no cree en supersticiones, pero lo único cierto es que tras esa sentencia del entrenador húngaro, el equipo nunca más ha vuelto a ganar una final continental.
Bela Guttman llegó al cuadro lisboeta en 1959 y sólo un año después, de la mano de Eusebio, conquistó la Copa de Europa. Hito que conseguiría también en su tercera temporada en el equipo. Una vez habiendo sido rey de Europa dos años consecutivos, el técnico se vio en derecho de pedir una aumento salarial... y la directiva se lo negó sin dudar.
Así pues, se creó un ambiente incómodo de tensión que el propio entrenador quiso dejar atrás. Se marchó del equipo lisboeta y el Estadio Da Luz nunca más volvió a celebrar con sus jugadores un título continental... y eso que Guttmann llegó hasta a regresar al conjunto.
Desde entonces, cinco finales de Copa de Europa (62-63, 64-65, 67-68, 87-88 y 89-90) y dos de UEFA/Europa League (82-83 y 12-13) perdidas. Desesperación, impotencia y la sensación de que alguna vez habrá que dejar atrás esta preocupante racha... pero ese día aún parece lejos de cumplirse.
El equipo portugués tenía este lunes una nueva oportunidad de romper la maldición... y volvió a fallar. Fue en la UEFA Youth League, con su filial, ante el RB Salzburgo por 1-2. Ni empezar con ventaja gracias a un tanto de Gomes en la primera parte fue suficiente para que el Benfica pudiera dejar atrás el fantasma de Bela Guttmann.