Entre los sectores más radicales del mundo del fútbol, es típico contactar con los del equipo rival antes del partido y quedar para, sencillamente, pegarse. En caso de que alguno de los dos bandos no se presente, el contrario va a buscar al otro para hacerle pagar.
Esto sucedió de nuevo antes del encuentro entre los maños y los santanderinos. La reyerta se saldó con dos heridos leves, según el diario 'AS', pero estos no interpusieron denuncia alguna. De este modo, no se investigará cómo fueron las agresiones.
Una vez intervenida la pelea por la policía, se disolvió y se obligó a los ultras del Racing a regresar a Santander, 'castigados' sin ver el partido. De este modo, se evitó que se produjeran más enfrentamientos ya fuera antes, durante, o después del evento.
Se trata de una lacra que no se está consiguiendo dejar atrás todavía. Ya son varios los grupos radicales que han sido apartados de las gradas de algunos de los clubes más importantes no solo de España, sino del mundo. En todo caso, las autoridades siguen trabajando.