El Manchester City apostó por él cuando sólo tenía 14 años y lo sacó de la cantera del Kosice para formarlo en Inglaterra. Vio sus habilidades como mediocentro ofensivo y pensó que en unos años podría convertise en una suerte de Xavi con menor rigor táctico y mucha más llegada, pero su paso por la cantera 'citizen' no le terminó sirviendo de mucho.
Albert Rusnák pasó por los sucesivos equipos reservas del City e incluso inició un largo peregrinar de cesiones con los celestes a Oldham, Birmingham y Cambuur, hasta que en 2015 el equipo inglés dijo basta y se fue a buscar la vida al Groningen, traspasdo definitivamente.
Apenas contaba con 21 años, pero en el Etihad ya veían que no iba a poder dar el salto ante el peso de futbolistas como Silva, Fernandinho o Yaya Touré. El Groningen le dio cobijo y, tras reivindicarse, el Real Salt Lake le abrió las puertas de la MLS en enero de 2017. Siendo un chaval, Rusnák se convirtió en uno de los primeros jugadores jóvenes en rechazar el fútbol europeo para apostar por el estadounidense.
Poco a poco, el jugador eslovaco siguió su lenta formación y, en verano, fue una de las estrellas de Eslovaquia en el Europeo Sub 21 junto al hoy jugador del Inter Skriniar. Pero ni por esas le sacaron de la MLS. Allí sigue, donde espera repetir su gran 2017, en el que dio 13 asistencias y marcó siete tantos. Este año, en tres partidos, ya ha hecho un gol y ha regalado otro.
Pero le faltaba el estreno con su país, una Eslovaquia que no estará en el Mundial de Rusia. Y el centrocampista ofensivo aprovechó el enfrentamiento ante Emiratos Árabes Unidos para hacer su primer gol como internacional absoluto. Un tanto que le permite seguir creciendo y que a buen seguro llamará la atención de varios de los ojeadores del mundo que tienen marcado su nombre en rojo. Con toda la carrera por delante, no es descartable que tenga una segunda oportunidad al máximo nivel en Europa. Por números, ya la merece.
22 de marzo de 2018