Al Málaga no le sale nada en La Rosaleda. Desde el 22 de octubre, menos por el partido de Copa del Rey contra el Oviedo, los blanquiazules no cuentan ni uno solo de sus partidos por victoria. El último capítulo de esta mala racha lo protagonizó la Ponferradina, que conquistó el feudo 'boquerón' por 0-2.
Para conseguirlo, golpeó rápido y resistió hasta encontrar el hueco para sentenciar. Óscar Sielva empaló un centro de Erik Morán con la diestra y abrió la lata. El primer paso perfecto para que el plan de Bolo saliera bien. El equipo se hizo rocoso atrás, tosco, incómodo para su rival, esperó a su oportunidad para doblar su ventaja y lo logró merced a un zapatazo de Gaspar.
El eterno Yuri fue el elemento clave para terminar de amargar a los andaluces. Desde su entrada en el campo, la tónica del encuentro pasó de las infértiles intentonas locales por colarse en el área con peligro y batir a un Caro que respondió bien cuando tuvo que hacerlo a la constante amenaza de que los bercianos marcaran hasta el tercer gol. De no ser por Dani Barrio, el propio '10' lo habría transformado.
Al Málaga le habría venido bien que Caye, su revulsivo principal arriba, encontrara tan fácilmente los espacios como lo hizo Yuri. Ni sus combinaciones con Chavarría, ni la omnipresencia de Yanis, que probó por tierra y por aire, ni los zapatazos de Cristian Rodríguez valieron para hacer efectivos los tramos de superioridad costasoleña.
Pellicer hizo varias modificaciones desde el banquillo, todas enfocadas a hacer más ofensivo y punzante el esquema, pero ninguna idea funcionó. Los suyos no estuvieron finos. Atrás, si bien Juande brilló al corte más de una vez, Lombán se hizo un lío con Jairo en el segundo gol visitante y se vio superado por Yuri en el uno contra o uno o cuando se desmarcaba.
Tampoco encontró Joaquín la manera de hacer daño desde la banda, donde el ex malaguista Iván Rodríguez le negaba la mayor. Condenados a quedarse en zona de nadie en la tabla, los 'boquerones' perpetúan su mala racha en La Rosaleda. Y lo hacen de forma dolorosa, encajando gol de un ex canterano de su Academia, Óscar Sielva.