La Ponferradina lo necesitaba y lo consiguió. Después de siete partidos consecutivos sin conocer la victoria, los de Jon Pérez Bolo superaron por 3-1 al Lugo en la fecha 36 de Segunda División. Los bercianos volvieron a mostrarse efectivos arriba, sacaron a la palestra a sus 'peloteros' y dejaron en la estacada a unos gallegos que fueron de más a menos.
Los mejores momentos de los de Rubén Albés se dieron en los compases iniciales. La atmósfera de El Toralín era de igualdad. Parecía que cualquiera de los dos bandos podía adelantarse y las llegadas a las áreas no eran pocas. De hecho, los locales sufrieron mucho cuando los visitantes controlaban la pelota, algo llamativo porque, normalmente, se les da bien aguantar atrás para atacar a la contra.
Pero, en este envite, no hizo falta esperar ni a contras ni a jugadas hilavanadas. Una genialidad de Edu Espiau poco antes del primer cuarto de hora encarriló los tres puntos hacia el casillero de los suyos. Controló con el muslo derecho un saque de banda de Paris y, en semichilena, batió a Whalley con una suerte de vaselina que mandó al palo largo.
El gol relajó a la Ponferradina y le permitió sacar brillo a lo que mejor domina: la solidez atrás y la efectividad arriba. Conforme el cronómetro aglutinaba minutos, los lucenses iban chocándose con una pared defensiva cada vez más tosca. Todo disparo para probar suerte era interceptado y casi todos los centros eran repelidos.
En la segunda mitad, los de Bolo remataron la faena con dos goles más, el último de ellos de muy bella factura. El 2-0 lo obró Naranjo con un chut raso tras una pared con Yuri en el área. Tan solo dos minutos más tarde, en el 54', Dani Ojeda sentenció con un zapatazo desde fuera del área que envió a la red por la escuadra.
Y, mientras los bercianos iban a más y daban brillo a su victoria, el Lugo perdía las ya de por sí pocas ideas ofensivas que permitía el entramado defensivo rival. Para premiar su insistencia y su fe, al menos, Sebas firmó un gran tanto en las postrimerías. Regateó a Amo, a Pascanu y a Abedzadeh para firmar a placer el definitivo 3-1.