Fue el señalado. No se lo esperaba, porque de lo contrario nunca se hubiera acercado a animar a los que creía que iban a ser sus aficionados. Vestían del Arsenal, pero estaban contra él.
Fue silbado, abucheado y le dijeron que no merece vestir la camiseta del Arsenal. Tras tres temporadas, el lateral derecho del Arsenal parece haber tocado fondo.
Sólo tiene 22 años, pero Bellerín ha sido durante tres años titular en el equipo, alternando periodos de gran brillantez con otros más mediocres.
La afición del Arsenal está tremendamente irritada con los jugadores, con el entrenador, con la directiva. No entienden la sequía de grandes títulos que sigue sumando tempradas.
No entienden que los jugadores, cobrando lo que cobran, rindan tan poco. No entienden cómo es posible que gastando lo que se gasta cada verano, el éxito sea tan esquivo.
Y Bellerín pagó los platos rotos.