La Premier League volvió a demostrar que la posesión no sirve de nada si no hay profundidad. El Manchester United dispuso del balón hasta el 80% ante el Crystal Palace, pero terminó cayendo tras un bochornoso partido.
Los 'red devils' comenzaron apretando, pero tuvieron muy poca profundidad y el Crystal Palace vivió cómodo a pesar de no tener el balón. Tras un par de acciones a balón parado y alguna intervención de mérito de Guaita, saltó la sorpresa.
Balonazo en largo, error en cadena de la zaga 'red devil' y Ayew no perdonó en el mano a mano con De Gea. Había tiempo, pero el United empezó a atropellarse y la primera parte murió sin opciones de reacción de los de Solskjaer.
Tras el paso por las duchas, el Manchester United pareció más pausado y empezó a llegar con más peligro. Un penalti volvió a ser el punto de inflexión de un partido de los 'red devils'. Tras el fallo de Pogba ante los Wolves, Rashford tomó la responsabilidad. El inglés, que no había fallado ningún penalti en su carrera, la estrelló en el palo derecho de Guaita e hizo esfumarse las esperanzas de remontada del United.
Con todo, los 'red devils' siguieron apretando hasta el final y soñaron con el milagro después del golazo de Daniel James a escasos segundos del final. El atacante la puso en la escuadra de Guaita y alimentó un sueño que tornó en pesadilla poco después.
Van Aanholt, incorporado al ataque tras una grave pérdida de Pogba, ajustició a los de Solskjaer con su tanto ya en los últimos compases del añadido. Tercer choque de Premier y segundo tropiezo seguido del United, este más grave aún.
Después del comienzo prometedor ante el Chelsea, las aguas vuelven a enturbiarse en un Manchester United que no termina de encontrarse. Ante el Palace, ni la posesión le sirvió.