El Sánchez-Pizjuán se vistió de gala para presenciar un auténtico partidazo entre el Sevilla y el Barcelona. Y lo que estuvo claro tras los primeros 45 minutos es que nadie iba a arrojar la toalla.
Los de Lopetegui recurrieron a la estrategia y se pusieron por delante en el 32'. Sin embargo, los azulgranas, con un Dembélé muy implicado en ataque, se lanzaron a por el empate antes de la pausa.
Y quien lo iba a decir, otra vez a balón parado y desde la esquina, llegó el segundo tanto de la lluviosa noche en Sevilla. El francés puso un centro medido para la cabeza de Araujo, que entró desde atrás y arrasó con todo por su paso para igualar la contienda.
El central uruguayo le ganó en el salto a Fernando, que no hizo todo lo posible para molestar al zaguero. Una vez conectó con el esférico, Bono fue un mero espectador ante la potencia y la dirección que le dio a esa pelota para colarse al fondo de las mallas.