Renzo Ferrari, el chaval protagonista de la acción, posó con el árbitro tras el partido con la famosa cartulina verde, que completa así a la roja y la amarilla, aunque tiene un significado contrario a las otras dos.
Se trata de ensalzar el reconocimiento deportivo de una acción en concreto. En este caso ocurrió durante un saque de banda. El jugador vio que uno de los rivales se estaba atando las botas y pidió esperar a que terminara para poder sacar.
Acto seguido, el árbitro le mostró la famosa tarjeta verde, con la que ambos posaron al final del partido para que la propia AFA se hiciera eco de ello.
"Por el momento, es algo simbólico, no sé si en el futro tratarán de implementar algo que favorezca a quienes tengan este tipo de actitudes", aclaró el árbitro del encuentro.
13 de noviembre de 2018