18 de mayo de 1960. Los jugadores del Real Madrid y el Eintracht de Frankfurt se preparaban para saltar al terreno de juego del Hamdem Park de Glasgow.
Una final de Europa que pasaría a la historia como uno de los mejores partidos de fútbol que se recuerdan. Vencieron los blancos en un duelo trepidante que terminó 7-3.
Se antojaba muy difícil parar al Madrid de aquella época y, aunque los 'merengues' comenzaron perdieron, Di Stéfano y Puskás se pusieron el mono de trabajo con prontitud.
Cuatro tantos del húngaro y tres del hispano argentino devolvieron las aguas a su cauce. Fue el quinto título consecutivo del Real Madrid, que tuvo la doble satisfacción vencer en las semifinales al Barcelona.