La 'Quinta del Buitre' y míticas remontadas

Acumulaba el Real Madrid casi dos décadas de frustraciones internacionales. Casi 20 años sin saborear las mieles del triunfo. Desde la sexta Copa de Europa, con el equipo 'ye-ye', allá por 1966, enlazaba nada más que decepciones.

El club más laureado en la máxima competición había estrellado el balón varias veces en los palos, como en las Recopas de 1971 y 1983, o en la Copa de Europa de 1981. Tres equipos británicos, Chelsea, Aberdeen y Liverpool habían borrado de un plumazo la ambición del conjunto blanco.

Y tuvo que ser en la década de los 80 cuando se cambió esta dinámica y volvieron los laureles continentales, aunque fueran en la, por entonces, tercera competición continental, la Copa de la UEFA.

Lo logró un conjunto integrado por jugadores que han pasado a engrosar la leyenda, como los Miguel Ángel, Camacho, Santillana, Juanito, Stielike, San José, Gallego, Valdano y Chendo, entre otros, aparte de los Ochotorena, Salguero, Pineda, Lozano, Agustín, Ángel, Isidro o Bonet, y un ramillete de jóvenes que acababa de saltar al primer equipo que acabaría convirtiendose en la mítica Quinta del Buitre.

Entre todos formaron el cóctel perfecto para recobrar la senda victoriosa en Europa. No así en la liga, en la que estaría el Real Madrid un lustro en blanco por los dos títulos seguidos de la Real Sociedad y el Athletic y el décimo del Barcelona precisamente en esa campaña 1984-85.

Con Amancio Amaro al frente, el técnico que le dio la opción de progresar poco a poco a los miembros de la Quinta, el equipo cumplió una campaña más que discreta en la liga y navegó por las aguas turbulentas en Europa, pero, amparado en el misticismo del Bernabéu y tirando de épica, avanzó hasta coronarse, el 22 de mayo de 1985, campeón de la Copa de la UEFA.

No era nuevo, pero comenzó a alcanzar su máxima expresión el Real Madrid de las remontadas. Tras superar sin problemas al Wacker Innsbruck austríaco con un 5-0 en la ida de la primera ronda, comenzó la serie de noches mágicas y enloquecedoras del Bernabéu.

El Rijeka croata fue el primero que lo sufrió. Ganó 3-1 en la ida y en la vuelta, muy polémica, y con tres jugadores balcánicos expulsados, el conjunto de Amancio firmó su primera remontada con goles en el tramo final de Juanito, Carlos Alonso Santillana y Jorge Valdano.

Para no faltar a su costumbre, el Anderlecht, por entonces un equipo muy potente, ganó por 3-0 en Bruselas y el Real Madrid quedaba al borde del k.o. En cambio, entre Manuel Sanchís, un doblete de Valdano y un triplete de Emilio Butragueño, quien dio el nombre a la Quinta por su apodo del Buitre, se certificó un 6-1 tremendo en una noche histórica.

En cuartos sufrió el Real Madrid, pero no tuvo que remontar. Había ganado 0-1 al Tottenham en Londres con un gol en propia meta de Perryman y en la vuelta el 0-0 dio el pase a semifinales, en la que el rival era el temible Inter.

Brady y Altobelli sellaron el 2-0 de la ida. Tocaba otra vez la heróica. Ya sin Amancio en el banquillo. Había sido sustituido por Luis Molowny.

Juanito, carismático y siempre con su estilo particular, avisó: "90 minuti en el Bernabéu son molto longos". Así fue. Doblete de Santillana en la primera parte y gol de Míchel González en el segundo periodo para un 3-0 y a la gran final.

Su rival sería el sorprendente Videoton húngaro, que se había deshecho sucesivamente de Dukla Praga, PSG, Partizan, Manchester United y Zeljeznicar.

Por entonces, la final de la Copa de la UEFA se disputaba a doble partido. La ida se jugó el 8 de mayo de 1985 en el Bernabéu. El Real Madrid encarriló su triunfo con un 3-0 gracias a los tantos de Míchel pasada la media hora y de Santillana y Valdano en el último cuarto de hora de partido.

El cuadro de Molowny era y se veía muy superior. En la vuelta, el 22 de mayo de hace 35 años, no hubo problemas para el Real Madrid pese a que Jorge Valdano malograra un penalti, ya que el conjunto húngaro tan solo pudo marcar a cuatro minutos del final por medio de Lajos Majer.

Fue el final de una travesía por el desierto de casi 20 años y el inicio de una etapa más que fructífera, aunque fuera a nivel nacional con cinco títulos ligueros consecutivos.

Llegaron al club grandes jugadores como el mexicano Hugo Sánchez, Rafael Gordillo y Antonio Maceda, la Quinta del Buitre se consolidó, salvo Miguel Pardeza, que tuvo que salir, sin opciones, y dio un giro al fútbol con un bloque que incluso el delantero azteca bautizó la 'Quinta de los Machos'.

Le faltó el refrendo, no obstante, del éxito internacional. Esa Copa de la UEFA y la segunda, conseguida al año siguiente al superar en la final al Colonia tras otra sucesión de milagrosas remontadas, fue su consuelo en el panorama europeo.

Ese magnífico equipo no pudo coronarse en la máxima competición. Encadenó después tres semifinales, pero Bayern Múnich, el PSV Eindhoven y el Milan de Arrigo Sacchi, acabó con sus opciones.

Fue la que le midió al conjunto holandés de Guus Hiddink en la que estuvo más cerca. Después de igualar a uno en el Bernabéu, en Eindhoven lo tuvo el Real Madrid ante un rival a la defensiva que tuvo en su meta Hans van Breukelen a su mejor hombre. Fue un muro.

El cerrojo del PSV desesperó al cuadro de Leo Beenhakker, que clamó contra el colegiado suizo Bruno Galler, quien fue acorralado y tremendamente criticado por los jugadores madridistas, que vieron marcharse su mejor oportunidad para que la Quinta del Buitre y aquel gran conjunto hubiera alcanzado el reconocimiento en forma de título en la Copa de Europa.

Aquellas Copas de la UEFA se convirtieron en su consuelo continental salvo para Manuel Sanchís, que años después lograría la Séptima y la Octava, en tanto que Rafael Martín Vázquez jugó los primeros encuentros europeos del Olympique Marsella campeón europeo en la campaña 1992-93 y desde determinados foros no se le otorga esta corona porque cuando se jugó la final ya no pertenecía al bloque mediterráneo.