Ese año, el Barcelona seguía los pasos del joven jugador, que ya con 12 años destacaba y había marcado 120 goles en su equipo amateur. Sin embargo, la madre de Lamela consideró que su hijo era demasiado pequeño para irse tan lejos y se negó a dejarle fichar por la entidad azulgrana.
Así pues, el jugador continuó futbolística en River Plate y no pudo cumplir su sueño de fichar por un club europeo. Otros clubes, además del Barça, estaban interesados en él, como el Manchester City, el United o el PSG.
El argentino no llegó a Europa hasta el año 2011, cuando fichó por la Roma. Dos años después, cambió Italia por Inglaterra para jugar con el Tottenham.