La recompensa de soñar despierto

Todo aquel que haya cumplido sus sueños sabrá la satisfacción que se siente. Algunos llegan por fortuna o por estar en el sitio indicado en el momento justo, aunque por norma general es la constancia la que precipita la consecución del objetivo. De ello saben mucho Gabriel Jesus y Justin Kluivert, que en 2014 soñaban con conseguir algo que han logrado cuatro años después.

En Alemania, Brasil se tomó una pequeña revancha por el doloroso e imborrable 1-7 de la semifinal de su Mundial. Aquel día tembló todo el país, azotado por una goleada inesperada el día menos oportuno. Un fracaso en toda regla que vio desde fuera Gabriel Jesus, que por aquel entonces no había pisado la élite.

De hecho, el ahora delantero del City conseguía algo de dinero adecentando los barrios más humildes de Brasil. Un chico sencillo que pintaba descalzo las calles de su ciudad. Soñaba con ser Neymar y de momento ha conseguido ser una de las referencias brasileñas junto al astro del PSG.

Cuatro años después, Gabriel Jesus fue el artífice de un triunfo significativo. Sólo era un amistoso, pero Brasil consiguió sofocar una decepción que duraba demasiado. El niño que pintaba las calles en 2014 destronó a la actual campeona del mundo en 2018.

Kluivert, un debut esperanzador

Unas horas antes, la nueva Holanda de Koeman presentaba sus credenciales ante Portugal, actual campeona de Europa. Con Cristiano desaparecido, la Selección Holandesa reventó el encuentro en la primera mitad y cosechó un destacable 0-3.

Más allá de la victoria, la gran noticia del día en clave holandesa fue el debut de Justin Kluivert. Con sólo 18 años, el delantero del Ajax aparecía por primera vez en escena con el combinado absoluto. Él representa el futuro de su país y tiempo tiene por delante para demostrar que no se equivocan.

Su caso es el de otro futbolista que en el Mundial de 2014 babeaba por estar en el campo. Acudió a algún partido y compartió en redes sociales lo que para él no era más que un sueño. No estará en Rusia, pero al menos Kluivert ha conseguido lo que se proponía en el pasado Mundial.