"El Espanyol quiere rendir un homenaje permanente y un recuerdo bien merecido al padre del fútbol formativo moderno de la entidad", explicó en una nota el club 'perico'.
Durante casi dos décadas estuvo trabajando allí, y el último lustro de su vida lo dedicó a desarrollar las mismas labores en el Málaga, donde un trabajo interruptus debido a una operación de rodilla que se le complicó.
El malogrado dirigente catalán ya tenía su nombre adjudicado en la puerta 75 del estadio de Cornellà-El Prat, si bien este guiño supone un homenaje más proporcionado a la gran labor de captación y desarrollo de los jóvenes talentos que llevó a cabo en el club barcelonés.
Considerado el padre de la cantera, Manel Casanova murió el pasado mes de agosto en acto de servicio, viendo un partido de los juveniles del Málaga en el campo del Malaka, equipo amateur de Málaga.
La Residencia Josep Manel Casanova quedará situada junto a la Ciudad Deportiva Dani Jarque, un gran detalle del Espanyol.