La resistencia tumba al corazón de Cristiano

Con Cristiano no basta. Ese es el resumen rápido de un varapalo que deja a la Juventus severamente tocada. El Olympique de Lyon, valiente, templado e inteligente, sacó oro y estará en los cuartos de final ante el Manchester City. Sí, perdió, solo gracias a dos iluminaciones del portugués, pero el global y su gol fuera de casa acabó tumbando al equipo de un Maurizio Sarri que tendrá que ir mirando al palco... por lo que pueda ocurrir.
Fue la sorpresa, sin dudas, en un regreso esperadísimo. 149 días después, por fin tronó el himno de la Champions League. Por fin volvieron los mejores, los grandes equipos, los mejores que canta ese himno que pone los pelos como escarpias. Y volvían Juventus y Lyon con asuntos pendientes, con una necesidad de remontada ante un equipo que llegaba como incógnita absoluta.
Al fin y al cabo, a la Juve la hemos visto durante un mes cerrar la Serie A y levantar su noveno 'Scudetto' consecutivo. ¿Al Lyon? Poco más allá de amistosos de esta atípica pretemporada para una temporada ya en marcha y la final de la Copa de la Liga, en la que el PSG se acabó imponiendo por penaltis. Nos reafirmamos por tanto en la incógnita, pero la sorpresa fue mayúscula.
El planteamiento de Rudi Garcia para guardar el 1-0 de la ida fue inteligente. Sus tres centrales pusieron un muro en el área y la Juventus sufrió. Entró bien, pero sufrió. El equipo de Maurizio Sarri arrancó con control de balón y poco más, porque cuando se quiso dar cuenta ya perdía tras un penalti de Bentancur sobre Houssem Aouar.
Memphis Depay retó a Szczesny, marcó sus pasos, armó la carrera, el guardameta se lanzó a un lado y el balón entró suavemente con una 'Panenka' de genio. El holandés es de esos iluminados. Brazalete de capitán, confianza plena y manos a los oídos para entonar un "¿ahora qué?".
La clave del buen hacer de los franceses fue la exasperación de Cristiano Ronaldo. El portugués se diluía entre fueras de juego y balones que no llegaban, mérito de los Denayer, Marcelo y Marçal, pero también demérito de una Juventus que sin Paulo Dybala sufre de lo lindo. Los 'bianconeri' eran un cero a la izquierda entre líneas.
De hecho, Cristiano acabó bajando a recibir pasada la media hora y ayudó a mejorar. La Juventus se encontró en la frontal del área, sacó varias faltas consecutivas, obligó a estirarse a Lopes y en una de ellas llegó la mano del héroe francés, Memphis Depay. El balón le impactó en el codo, pese a que tenía el brazo pegado, y el hombre de las eliminatorias no erró desde los once metros.
Sin cambios al descanso, la tónica fue la misma. El Lyon se encajonó aún más y los 'bianconeri' no encontraban la manera de desbordar con Higuaín desconectado de todo, un Bernardeschi plano y un Rabiot casi estático por izquierda. Pocos argumentos, pero a veces suficientes cuando tienes a Cristiano. Por mal que parezca estar... ahí sigue, sempiterno, genial.
Dale una baldosa al 'Bicho' y puedes estar muerto. De sus botas salió el argumento de la Juve para creer en una eliminatoria que se había puesto negra. Recordemos, Depay dejaba el pase a tres goles. Y entonces, a la hora de partido, Cristiano Ronaldo recortó casi en estático y sacó un latigazo con su zurda que hundió a Lopes. ¿Pudo hacer más? Seguramente. Pero los turineses solo necesitaban un gol más con 30 minutos por delante.
Sarri quiso ir a por todas y movió fichas sacando a Paulo Dybala. El argentino dio más claridad al conjunto 'bianconero', no se llevó el 'MVP' de la Serie A por cualquier cosa, pero acabó siendo un error. Desde que se lesionó el 26 de julio ante la Sampdoria se puso entre ceja y ceja llegar. Y estuvo en la convocatoria contra pronóstico... para luego durar 13 minutos sobre el campo. Notó un pinchazo, se fue a la banda y echó a llorar entre los gestos de ánimo de sus compañeros.
Pero la desgracia no paraba el partido. La Juve seguía estrellada contra el muro del Olympique de Lyon, que aguantaba como un jabato y de vez en cuando se encontraba con un contraataque que era puro oxígeno. Sin noticias de Higuaín y compañía, solo alguna falta, solo algún destello podía salvar al equipo italiano. Pero no fue así.
Ni con seis minutos de añadido que se convirtieron en siete llegó el gol. La Juve había creído, pero el fútbol no acompañó a la fe. 'Les Gones', once chicos venidos de Francia sin más que un partido oficial, resistieron los empellones tibios de una Juventus que entra en barrena. Fue campeona de Liga, sí. Pero mucho ojo con esos despachos. Agnelli miraba desde el palco y Sarri ya lo decía: "Creo que la decisión ya está tomada, más allá del resultado". Veremos cuál es.