Tiene 20 años y es uno de los atacantes más en forma del Viejo Continente. Se graduó con un partido para el recuerdo en la Bundesliga, pero su historia va mucho más allá que lo que es un solo partido.
Se inició en el fútbol profesional en el Estrella Roja, donde debutó con el primer equipo en la temporada 2013-14, cuando solo tenía 16 años. Y ya avisó de lo que se avecinaba: jugó 17 minutos y marcó un gol.
Las dos temporadas siguientes comenzó a tomar mayor protagonismo en el conjunto serbio, aunque con una menor capacidad goleadora: 6 dianas en 24 encuentros. Sin embargo, en el Benfica le vieron algo especial y decidieron incorporarle a sus filas.
Allí, en Portugal, nunca acabó de encajar. Comenzó en el primer equipo, pero finalmente acabó jugando en el filial. Se quedó algo estancado, pero el Eintracht de Frankfurt confió en él para que pudiese recuperar aquel rendimiento que se recordaba de su etapa en Serbia.
La temporada pasada, la 2017-18, fue la primera en Alemania para él. En un año de adaptación, el bosnio consiguió anotar nueve tantos en 27 choques, además de repartir otras dos asistencias a sus compañeros.
Pero todo iba a cambiar en la campaña vigente. Fue el 19 de octubre cuando su nombre retumbó en toda Europa. Marcó cinco tantos en la goleada por 7-1 ante el Fortuna Düsseldorf y entró en un selecto club de goleadores históricos.
Algo que pareció ser como una bomba para él. A partir de ahí, su rendimiento ha ido subiendo con el paso de las jornadas. Suma 14 goles en 17 partidos y es uno de los delanteros más deseados del momento. Un nombre a seguir, un 'killer' con un futuro prometedor.