El problema es el siguiente: los dos tienen contrato hasta 2021, pero cobran mucho para el aporte que hacen a la escudra. El argentino gana 4,7 millones de euros al año; su compañero, 3,6. Se trata de fichas muy elevadas que liberarían un poco al club.
De ahí que, según 'Il Corriere dello Sport', los dos estén en la rampa de salida. Podrían marcharse en cuanto llegue una oferta suculenta, y la primera oportunidad de que las proposiciones lleguen será a partir de enero, cuando se abra la ventana de traspasos invernal.
El atacante está recuperando el ritmo entrando a varios partidos como revulsivo, pero no goza de los suficientes galones en esta época como para constituir una gran pérdida. El defensa directamente está fuera de las convocatorias de Paulo Fonseca.
El monto de presión salarial que se liberaría si ambos se van es de más de ocho millones de euros. Ello brindaría una mayor estabilidad a la entidad para redistribuir su presupuesto o contratar a unos sutitutos que asumieran por menos dinero el papel de suplentes.