La Sampdoria encontró la manera de derruir la defensa del Atalanta a domicilio. Lo demostró, sobre todo, con su segundo gol, el de Thorsby. El jugador hizo la diana que provocó que los de Gasperini fueran con todo al ataque para intentar darle la vuelta al marcador.
Fue su segunda derrota esta temporada. La primera se produjo en su visita a Nápoles, en la que cayeron goleados por 4-1. Pierde 'hype' uno de los equipos que más enamoró el curso pasado. Eso sí, todavía queda mucha campaña por delante para darle la vuelta a la tortilla.
Volviendo a su caída frente a los 'blucerchiati', los problemas llegaron desde los compases iniciales. Quagliarella se coló en el área, superó a un rival con una habilidosa bicicleta y abrió la lata con un zapatazo al palo del portero, que nada pudo hacer.
El segundo gol se dio gracias a un centro templadito que se dirigió hacia los dominios de Sportiello -antes paró un penalti-, donde estaba Thorsby sin quitar la vista de la trayectoria que tomaba el esférico, que fue teledirigido a su testa. A él le bastó con tirarse hacia delante y golpearla con la frente hacia el fondo de las mallas.
El Atalanta, ya perdiendo por 0-2, no renunció para nada al encuentro. Siguió presionando hasta el pitido final y encontró premio en un tanto de penalti de Zapata. Este impulsó un arreón con todo que, desafortunadamente para la 'Dea', solo valió para recibir la sentencia, el 1-3 en una contra que coronó Jankto.