Ya lo dijo Jorge Valdano en su día y ya se han encargado los futboleros y nosotros, la prensa, en recordarlo cada cierto tiempo. El fútbol sigue siendo un estado de ánimo. Cuestión de dinámicas y rachas.
La del Parma era indicativa de todo lo contrario que pasó al descanso. Los locales se marcharon con un 2-0 gracias a los tantos de Gervinho (18') y Bereszynski (41') pese a llegar con un solo punto ganado de los últimos 18 jugados.
E incluso marcó otro tanto en la primera mitad, pero el VAR acabó avisando al colegiado de que la diana de Caprari debía ser anulada.
Sin embargo, la segunda parte reflejó a la perfección el mal momento del Parma y la gran racha de la Sampdoria. Los de Ranieri habían ganado cuatro de los cinco partidos de julio y se apuntaron otro triunfo con tres goles en la segunda mitad.
En el 47', Chabot puso el 1-2 y el eterno Quagliarella, a los 69 minutos, logró el tanto del empate. Un empate que acabó tornando en '2' gracias al tanto de Bonazzoli en el 78'.
La 'samp' culmina su reacción en la tabla y se coloca con 41 puntos en la decimotercera plaza y adelanta a un Parma que, con uno menos, es decimocuarto.