Alcanzaba el Barça la fase más importante de la campaña y lo hacía con dudas por su poco gol y su escaso fútbol. Pero en siete días despejó todas. Fue al Pizjuán y, lanzado por un irresistible Messi, dio buena cuenta de uno de los mejores locales de la Liga. Luego, ajustició al eterno rival por dos veces en su propia casa.
El Barcelona no olvidará la bisagra entre el mes de febrero y el de marzo de 2019. En ella, alcanzó una final, apartó al Real Madrid de dos títulos y acarició un nuevo campeonato liguero.
Y lo hizo cuando más dudas había en su fútbol. La empresa del Pizjuán, la primera de todas, quizás era la menos complicada. Pero no por ello no costó. Obligó a Messi a vestirse con las mejores galas y a reenchufarse al equipo de cara a los 'Clásicos'.
El 2-4, además de para acribillar una vez más a una de sus víctimas preferidas, sirvió para confirmar que el tropiezo en Sevilla del Barcelona en Copa fue sólo un desliz.
Llegaba el 'Clásico' de Copa y, quizás con él, el peor partido de este 'Tourmalet' de final de invierno. El Barcelona, con todo, recuperó toda la pegada que le había sido esquiva últimamente y masacró al Real Madrid por 0-3 con un resultado algo engañoso para lo ofrecido por unos y otros.
El Real Madrid-Barcelona de Liga echó el cierre a una semana impecable de Valverde y los suyos. Esa victoria (0-1) sí que llevó el sello azulgrana y dejó mucho más satisfecha a la parroquia 'culé' a pesar de ser más ajustada.
Más allá de poder ver más cerca dos títulos, esta semana fantástica del Barcelona ha servido para que los azulgranas vuelvan a creer en un triplete del que nadie hablaba. La eliminatoria ante el Olympique de Lyon, aún a diez días, ya no da tanto respeto.