Entiéndase como 'pequeña sociedad' el vínculo que comparten sobre un terreno de juego la pareja Messi-Jordi Alba. Una dependencia casi exclusiva y que los complementa en beneficio del equipo. Algo que Argentina nunca ha sabido instaurar en torno al '10'.
¿Cómo sería la sociedad perfecta de Messi en la 'Albiceleste'? A priori, si nunca se ha conseguido idear un sistema adecuado, es posible que se deba a una falta de mimbres, pero es violento pensar que eso pueda ocurrir en un país de tal tradición.
A cada fracaso de la Selección Argentina siempre ha ido acompañado un 'palo' al jugador del Barcelona, precisamente por no hacer lo mismo que hace con el conjunto azulgrana. Cómo si eso dependiera de uno mismo.
La otra vertiente crítica del asunto ataca al colectivo, indolente ante las virtudes de un jugador de la talla de Messi, como si fueran incapaces de hablar el mismo idioma sobre el césped. "Hay que rodear a Messi del entorno adecuado", probablemente sea la frase más repetida en las tertulias de Argentina.
Al fin y al cabo, una sociedad es un "conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo a unas determinadas reglas de organización y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados", por lo que dejar al '10' solo ante su propia divinidad sería -y es- un error, como se ha venido demostrando en los últimos torneos.
Cabe entonces realizar un trabajo de introspección. Reflexionar sobre las virtudes de un equipo que, por otro lado, está en pleno auge y en colaborar en la edificación de un sistema que haga mejor al mejor jugador. Justicia poética.
Y todo ello sin caer en el error de copiar un modelo ajeno y que basa su funcionamiento en el nexo de piezas determinadas, las cuales funcionan en un entorno determinado y gracias a una filosofía concreta. El verdadero reto de una sociedad es perfilarla entre los miembros de la misma, sólo así se logrará que sus integrantes estén plenamente convencidos de su propia viabilidad.
No hay mayor frustración que no sacarle partido a una buena base, más aún cuando sabes que, posiblemente, sea irrepetible. ¿Acaso podria Argentina perdonarse desaprovechar a Messi?