Es llamativo que Zlatan Ibrahimovic, todo un campeón consagrado en esto del fútbol, haya fallado cuatro de sus últimos seis penaltis. El pasado domingo, con un Milan en desventaja ante el Hellas Verona en San Siro, tuvo una oportunidad de oro para recuperar sensaciones desde los once metros.
Pero no fue así. El sueco mandó el balón al cielo lombardo, poniendo en peligro la remontada 'rossonera'. Parte de la culpa la tuvo Marco Silvestri, uno de los grandes protagonistas de la noche. El portero del conjunto visitante intentó provocar a Zlatan cuando se disponía a tirar… con extraño éxito.
"El último penalti también lo has fallado, ¿no?", le soltó Silvestri. Es cierto que las provocaciones entre portero y lanzador no son nada nuevo, sino otro de los regalos del (silencioso) fútbol con las gradas vacías. Lo mejor de todo es que surtió efecto, y Zlatan falló el penalti, para alivio del Hellas.
También es verdad que finalmente fue Zlatan quien rio el último, con el gol del empate en el 93'. Sin embargo, da que pensar que haya vuelto a errar un penalti. Ibra ya deslizó en el pospartido que dejará a Kessié lanzar los penaltis a partir de ahora. Todo gracias a la maña psicológica (que no fue la única vista en ese partido) de Marco Silvestri.