Suenan trompetas y tambores para recibir cada fin de semana al Cádiz. Los amarillos encadenan cinco jornadas sin conocer el amargo sabor de la derrota y en la provincia andaluza todo son buenas noticias.
Desde el pasado 31 de enero, cuando el Algeciras hizo hincar la rodilla al cuadro cadista, la plantilla se conjuró para no conceder ningún punto más y, desde ese momento, la alegría se ha instalado en el Carranza.
El Marbella fue vencido por 3-0, el Villanovense empató a dos y La Hoya Lorca consiguió el reparto de puntos, mientras que el Real Murcia (1-2) y el Melilla (3-0) no pudieron doblegar a la fuerza amarilla.
Las extraordinarias sensaciones pasan por un completo y continuo esfuerzo en cada sesión de entrenamiento, pues la actitud positiva invade a una plantilla que baila al ritmo de un sensacional estilo de juego.
Varios jugadores se han convertido en unos puñales que se afilan cada fin de semana. Por un lado, el rápido Salvi cabalga por la banda derecha otorgando un plus de verticalidad y peligro.
Por otro lado, el sensacional estado de forma de Lolo Plá hace que el gol no sea un impedimento, pues el jugador amarillo se convierte en la estrella de cada partido al comandar una ofensiva cada vez más temida por las zagas de la Segunda División B.
Otro factor imperdible es la afición, que anima en cada minuto a través de miles de fieles que se dejan la garganta en las gradas y cuyo premio reciben con en forma de goles. Toda esta situación se resume en la sonrisa de un Cádiz intratable.