Los tres puntos se quedaron en casa. Los sumó el que más suerte tuvo, ni más ni menos. El Villarreal ganó por el mero hecho de haber marcado un gol más que el rival, pero sin desplegar un fútbol dominador. El Mallorca evidenció que lo que le sobra de coraje y determinación le falta de acierto y claridad de ideas.
Comenzó el encuentro a un ritmo lento, un ritmo que no abandonaría hasta bien entrado el segundo tiempo. Comenzó prácticamente con una amarilla, para Sedlar, y un tiro al larguero, de Baba.
Todo eso, en siete minutos de juego. El Mallorca se envalentonó muy pronto, subiendo líneas de presión y complicando la vida a un Villarreal. Y, sin embargo, parecía que no pasaba nada, hasta que pasado el cuarto de hora los amarillos vieron la luz.
Samu Chukwueze volvió a demostrar haber vuelto del parón a un nivel altísimo, se coló con una diagonal hasta el área y asistió a Bacca al segundo palo para que el colombiano se anotase el gol con solo empujar la pelota.
Y ahí la fortuna sonrió por segunda vez al Villarreal hoy. Porque Bacca remató mal, tan mal que se remató a su pierna de apoyo, pero con la suerte de que el balón saliera rebotado hacia el fondo de las redes.
El Mallorca, lejos de hundirse tras el gol, se animó, e insistió en merodear el área de Asenjo, pero ahí se quedó. Porque quería, pero no podía. Porque llegaba hasta la frontal o la línea de fondo, pero ahí se le acababan las ideas a los de Vicente Moreno.
Mientras tanto, Estrada Fernández seguía a lo suyo, castigando con amonestaciones casi cualquier entrada. Y no es que hoy tuviera el gatillo fácil, es que los futbolistas no el estaban dejando otra opción. El juego no era duro, pero las faltas merecían ser castigadas.
El Mallorca se ecomendó a Kubo para sacar adelante el partido, y el japonés demostró que de atrevimiento va sobrado. Otra cosa es que aún necesite calibrar un poco el punto de mira, pues las dos faltas que botó acabaron en la grada.
El primer tiempo terminó siguiendo es guión, y el segundo se inició de un modo similar, pero corriendo más riesgos el Mallorca, lo que permitió a los de Calleja disponer de varias ocasiones para matar el partido.
Sin embargo, su buen arranque se diluyó muy rápido, y el Villarreal se vio sometido a la voluntad de un Mallorca al que solo le faltó el acierto en el último pase.
Los cambios dieron un respiro al Villarreal, y la pausa de hidratación del segundo tiempo, otro. El Mallorca había roto la última barrera defensiva y ya estaba chutando con intenciones aviesas. El gol estaba al caer.
Los nervios empezaron a hacer mella en el Villarreal, conforme el Mallorca se acercaba más y más. A uno del 90', otro susto, otro larguerazo de Baba. Y ya con el tiempo cumplido, el caos en el área de Asenjo.
El portero palentino despejó mal un centro y la pelota cobró vida. Fue increíble que eso no entrase, pero el Villarreal se salvó. Había gastado su última bala el Mallorca por hoy.
Al final, triunfo que permite a los amarillos trepar, al menos por el momento, a la séptima plaza. El Mallorca se mantiene como el primero de los salvados, a un punto del Celta y a dos el Eibar, aunque ambos están pendientes de jugar esta jornada intersemanal.