No se había cumplido la hora de juego, cuando Virgil van Dijk se deshizo de su marcador en un saque de esquina y logró rematar con la pierna, estrellando el balón en el larguero de un Claudio Bravo que nada pudo hacer para detenerlo.
Tras golpear en la madera, la pelota cayó hacia el césped y botó sobre la línea de cal. La velocidad de la acción provocó las dudas de la parroquia 'red', que protestó al unísono la decisión del colegiado del encuentro.
El ojo de halcón habitual del fútbol británico confirmó que el balón no había rebasado la línea de gol, por lo que el tanto de Van Dijk que reclamó hasta Jürgen Klopp no debería subir nunca al marcador.
Minutos después, Matip cabeceaba a la red un balón centrado por Van Dijk y nivelaba una Community Shield que dominaba desde el primer tiempo por un gol de Sterling.
4 de agosto de 2019