No es un acontecimiento novedoso, pues ya se vio el pasado fin de semana en la victoria de los de Maurizio Sarri ante el Manchester City y la fama precede a la afición 'blue'.
Es más, desde la propia institución se llegó a plantear la organización de una serie de viajes a Auschwitz para evitar ese tipo de conductas. Una especie de terapia de choque para aquellos aficionados que estaban generando problemas.
Sin embargo, lo que pareció producirse de manera aislada parece haberse extendido por las gradas de Stamford Brigde y en los viajes del conjunto londinense por Europa.
El club lo tiene claro: "El Chelsea considera que todas las formas de comportamiento discriminatorio son abominables y si hay evidencia de que los poseedores de boletos participan en cualquier comportamiento racista, el club emitirá severas sanciones, incluidas las prohibiciones. También apoyaremos plenamente cualquier proceso penal".
De momento, parece que la insititución liderada por Roman Abramovich tiene trabajo por hacer y que la UEFA no quitará el ojo de encima a la hinchada londinense.